viernes, 13 de septiembre de 2013

Comunión y Liberación



El movimiento de Comunión y Liberación

Comunión y Liberación es un movimiento eclesial cuya finalidad es la educación cristiana de sus miembros para colaborar con la misión de la Iglesia en todas las esferas de la sociedad.

Nace en Italia en 1954, cuando don Luigi Giussani (1922-2005) hace surgir, a partir de la experiencia vivida en el Liceo clásico “Berchet” de Milán, una iniciativa de presencia cristiana que utiliza el nombre, ya existente, de Giuventù Studentesca (GS).

El nombre actual, Comunión y Liberación (CL), aparecido por primera vez en 1969, sintetiza el convencimiento de que el acontecimiento cristiano, vivido en comunión, es el fundamento de la auténtica liberación humana.

Como ha afirmado Benedicto XVI, Comunión y Liberación «hoy se presenta como una posibilidad de vivir de modo profundo y actualizado la fe cristiana, por una parte, con una total fidelidad y comunión con el Sucesor de Pedro y con los pastores, a quienes está encomendado el gobierno de la Iglesia; y, por otra, con una espontaneidad y una libertad que permiten nuevas y proféticas realizaciones apostólicas y misioneras» (Audiencia con CL, 24 de marzo de 2007).

Giussani sintetizó con estas palabras el contenido y propósito de su esfuerzo: «Siempre he dicho a mis alumnos desde la primera hora de clase que di: “No estoy aquí para que vosotros consideréis como vuestras las ideas que yo os doy, sino para enseñaros un método verdadero para juzgar las cosas que os voy a decir. Y las cosas que os voy a decir son una experiencia que es resultado de un largo pasado de dos mil años”.
El respeto de este método ha caracterizado desde que empecé mi compromiso educativo, indicando con claridad su objetivo: mostrar la pertinencia de la fe a las exigencias de la vida. Por mi formación primero en la familia y en el seminario, y por propia meditación después, me había persuadido profundamente de que una fe que no pudiera percibirse y encontrarse en la experiencia presente, que no pudiera verse confirmada por ella, que no pudiera ser útil para responder a sus exigencias, no podía ser una fe en condiciones de resistir en un mundo donde todo, todo, decía y dice lo opuesto a ella; tanto es así que incluso la teología, durante bastante tiempo, ha sido víctima de este ceder.

Mostrar la pertinencia de la fe a las exigencias de la vida y, por consiguiente – este “por consiguiente” es importante para mí –, demostrar la racionalidad de la fe, implica un concepto preciso de racionalidad. Decir que la fe exalta la racionalidad quiere decir que la fe corresponde a las exigencias fundamentales y originales del corazón de todos los hombres». (Luigi Giussani, Il rischio educativo, Rizzoli, Milano 2005, p. 20-21; edición en español: Educar es un riesgo, Ediciones Encuentro, Madrid 2006, pág. 19.)

Actualmente, Comunión y Liberación está presente en cerca de ochenta países de todos los continentes, y sigue la guía de don Julián Carrón, que sucedió a Giussani después de su muerte en 2005.

No se prevé ninguna forma de inscripción, sino únicamente la libre participación de las personas. Un instrumento fundamental de formación de los seguidores del movimiento es la catequesis semanal denominada «Escuela de comunidad».

La revista oficial del movimiento es la publicación mensual internacional Huellas - Litterae Comunionis.

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